Querido Pedro,
¿Qué tal estás? Mis felicidades por el belén. Es una verdadera obra de arte, un trabajo de mucha paciencia. Mas allá de los que se ve, notamos este profundo deseo de ayudar a la gente a vivir intensamente la Navidad, acogiendo al niño Jesús en lo cotidiano de la vida.
Quiero que transmitas mis recuerdos a tu madre, a los feligreses de la Parroquia San Francisco Javier. Les recuerdo con mucho cariño. Me acogieron con mucho cariño. He vivido los mejores momentos de mi vida en Pinto. Siempre doy gracias a Dios por esa experiencia, por la amistad, por lo que compartimos: la oración, la eucaristía, la paella, el vino…Os echo mucho de menos. ¡También me faltan los mejillones y las gambas para preparar la paella!
Ahora estoy en Ruanda, en la diócesis de Kabgayi (En el centro del País). Se me ha nombrado párroco de una parroquia de más de 39.000. Ya llevo dos meses y once días en la nueva parroquia. Es una parroquia grande. Tenemos una iglesia principal donde está la sede de la parroquia. Además tenemos 6 capillas que son casi como parroquias. Son los laicos que llevan esas capillas, decimos misas allí y celebramos otros sacramentos. La más lejana está a 34 kilómetros, y la más cerquita está a 4 kilómetros. A veces las carreteras se estropean por la lluvia. Utilizamos el coche y la moto para acceder a rincones de difícil acceso. Somos tres curas peros los otros dos llevan un colegio, me echan la mano para decir misa los domingos.
La parroquia es el centro de casi toda la vida de los pueblos. La misa es la ocasión de salir de la casa y encontrarse con otras personas. La población es muy joven. La mayoría de nos feligreses viven de la agricultura y en algunas épocas les resulta difícil llegar a la otra época de la cosecha. A muchas familias les resulta difícil pagar el seguro medico y la beca por sus hijos. Entonces acuden a la parroquia para pedir ayuda. Han guardado la idea de una Iglesia rica, de la época de los misioneros. Pero a pesar de todo esto, sus pequeñas contribuciones sacan adelante la parroquia. Pagan las formas, el vino, la luz, la gasolina. Se empieza a comprender que la Iglesia no son solamente los curas, que todos formamos la Iglesia en la que cada uno aporta du piedra.
En esta parroquia trabajaron los misioneros españoles. Hicieron mucho trabajo. Uno de ellos dejó su vida en la parroquia y está enterrado en el Templo. Construyeron un colegio para la promoción de la educación por los jóvenes. Todavía queda la comunidad de la hermanas de la Caridad de Santa Ana. Esta a 500 metros de la parroquia. Aprovecho para hablar español. Aquí todo el mundo habla “Kinyarwanda”, el idioma materno. También utilizamos el inglés y el francés.
Aquí el clima es agradable durante doto el año: entre 17 y 28. En cuanto al clima, Ruanda es un verdadero paraíso. Ruanda es un país muy pequeño con 26.633 Km2 y con más de 12 millones de habitantes. Tenemos muchas colinas y montañas. Por eso Ruanda se llama el país de mil colinas. Si alguien quiere visitar a Ruanda, le acogeremos con mucho cariño.
Si alguien quiere escribirme, leeré su mensaje con mucha alegría.
Pedro, muchas gracias, muchas gracias a todos los amigos, conocidos, a los que con quien compartimos la palabra de Dios y la eucaristía.
Os iré mandando fotos.
Muchas gracias. Un fuerte abrazo.
El día 13 de enero de 2016
Celso Hakuziyaremye
Es el belén con algunas figuras hechas por los niños. Aquí no tenemos tradición del belén. No encontramos figuras. Iremos haciendo algo con las hermanas de la caridad de Santa Ana.
El Divino Impaciente en Pinto 